Sunday, February 26, 2006


Ira. Pura, libre, desenfrenada, desbordante. ¡Ah, mujer que hiere! No estoy acaso allí cuando me llamas. Y también cuando no lo haces. Compadezcance, ángeles, de mí pues este demonio drena mi pecho de toda vida y lo llena de calor corrosivo. Me destruye desde adentro, cuando la afrenta viene desde afuera. El hombre estúpido que siempre cede, el monigote con piel de trapo y corazón comprensivo. No, no comprensivo; sino vacío, oculto, pisado y humillado. Rencor que por primera vez me haces sentir. A tí que te adoro y solo creí poder sentir cálida ahora siento ardiente, pero ardiente de dolor y coraje. Y no me culparé a mi, te culpo a tí. Te culpo de predicar que me quieres y atravesarme con la espada de tu menosprecio. No pido un pedestal, solo un sitio. Un lugar que se me respete.
Linda, a pesar de todo lo que te quiero hoy solo pienso en ti con disgusto. disgusto visceral. Trato de tragar mi orgullo y no achacarte este mal, pero siento ser débil y no poder. Espero, que dentro de tus amigos recuerdes que tienes quien por tí vele noche y día aunque viva relegado a la sombra de tu recuerdo.

Aún así, te dedico un beso, que aunque demuestra lo mucho que te quiero, hoy esta manchado.

1 Comments:

Blogger marcemars said...

odio sentirte de este modo en el que tú te sientes... lo odio lo odio lo odio, y la odio a ella un poquito, un tantito por ser tan ciega.

te quiero amigo... harto, mucho harto que te quiero yo

8:21 AM  

Post a Comment

<< Home