Se te ocurre decir que aprenda a piropearte. ¡Qué error! Soy experto en el arte de ensalzarte. Más que nadie tú los sabes. Pudiera adorarte el resto de mi vida. Algo hermoso en ti describiría todos los días. Como la preciosura de tu figura. La hermosura de tu cabello. La necesidad que tengo de ver tu sonrisa. 365 halagos cada año. Créeme que yo no me cansaría de decirte cosas lindas; tú en cambio no soportarías 30 días de tal melosidad.
El hecho es este: desde aquel día sueño con tu beso. Un beso y descansaría en paz. Vil mentira: nadie puede probar el cielo y después no querer más de el. Imposible dejar de tocarte después de un beso. Primero un roce, luego la mano, después un abrazo. Quererte a mi lado es algo enteramente egoísta. Es por eso que ningún beso y ningún roce. No quiero saber lo que se siente perder el cielo antes de morir.
La mujer es la perfección de Dios manifiesta en carne mortal. De entre el ser perfecto, tu brillo opaca al sol. Necesito comprar unos Ray Ban si he de verte a la cara. Y tal como si fuera poco ser deslumbrado por un ente sublime, no se si hagas algo, pero cada día que pasa te ves mejor. Al escribir esto pierdo todo el respeto que me tengo, pero tú eres más importante que la percepción que tengo de mi mismo. Eres lo elemental.